En 2010 se modificó el Código Penal con la reforma de la ley 5/2010. Con esta modificación, desaparece el principio de que las sociedades no pueden delinquir, ya que se establece que las personas jurídicas, las sociedades mercantiles, las asociaciones, las cooperativas y las fundaciones serán penalmente responsables de los delitos cometidos por sus representantes legales, directivos y trabajadores.
Los empleados, directivos y representantes legales de una empresa que cometan determinados delitos también pueden transferir la responsabilidad penal a los administradores de las personas jurídicas, por omisión de sus obligaciones de supervisión, vigilancia y control. Es decir, las empresas pueden verse en la obligación de hacer frente a importantes penas por no haber prevenido el delito cometido por sus trabajadores.
Sin embargo, el Código Penal establece que la persona jurídica (la empresa) quedará exenta o puede ser motivo de atenuación de esta responsabilidad penal si el órgano de administración ha adoptado con eficacia, y antes de la comisión del delito, modelos de gestión que incluyan medidas de vigilancia idóneas que prevengan el delito. Estos modelos de gestión reciben el nombre de «compliance plan«, o planes de cumplimiento.
Históricamente, el Compliance tuvo su nacimiento en Estados Unidos de América, durante los años 70 y 80 después de los grandes escándalos del Watergate. El Estado era consciente de que carecía de capacidad de prevención penal dentro de las empresas y de capacidad de control de las mismas por parte del Estado. A raíz de ello, para dar solución a esta situación y promover la cultura de autovigilancia a las mismas empresas, se ideó un sistema basado en una simple compensación a la intervención penal y, por tanto, si las empresas realizaban un plan de prevención eficaz, las autoridades podían llegar a eximir de responsabilidad penal a las empresas.
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¿Por qué es necesario un plan de cumplimiento?
Tal como hemos explicado, los planes de cumplimiento sirven para que la empresa quede exenta de los posibles delitos que cometan sus trabajadores, por lo que podría llegar a no tener que hacer frente a ninguna pena, sanción o multa derivada de éstos. Además, al tener un plan de cumplimiento, la reputación de las empresas no se ve afectada negativamente.
Un plan de cumplimiento tiene varios objetivos. Por un lado, sirve para que la empresa se proteja de posibles sanciones, asiste a la cúpula directiva en la prevención de actos delictivos y, en caso de que se hayan cometido, los trata rápidamente. Por otro lado, demuestra el compromiso de la empresa con sus valores. La contribución a la consolidación de principios de ética y conducta es un valor añadido, ya que refuerza la reputación de la empresa, su credibilidad y consolida su cultura de la legalidad y buenas prácticas.
El hecho de no tener un programa de cumplimiento supone, automáticamente, que la empresa y el administrador y altos cargos asuman el riesgo de tener que responder legalmente por los delitos que puedan cometer sus empleados, responsables o directivos.
¿Cómo se elabora un plan Compliance para start-ups?
La diferencia principal entre el Compliance para pymes y el Compliance para start-ups es la función del Compliance Officer, que es un órgano con autonomía e iniciativa para controlar el cumplimiento, puede ser asumido directamente por el órgano de administración, que en muchos casos será el de administrador único.
Ahora bien, para poder disfrutar de esta simplificación en el plan de cumplimiento, es necesario que la persona jurídica tenga la consideración de «persona jurídica de pequeñas dimensiones». Esto puede reducir el coste económico y administrativo a la hora de implantar un Plan Compliance por parte de pequeñas y medianas empresas, así como para start-ups y nuevas sociedades que inician su actividad.
Los planes de cumplimiento son más una necesidad y un deber profesional, que una obligación
Sin embargo, con el fin de implementar uno, se debe contactar con expertos legales que asesoren en su elaboración teniendo en cuenta todas las necesidades y valores de la empresa.
Por cultura empresarial, Serpreco, correduría del Grupo La Mutua de los Ingenieros hace años que cuenta con un Modelo de Prevención de Delitos. Aparte, ofrece a sus clientes la posibilidad de acceder a un servicio de implementación a medida del modelo de Prevención de Delitos y ofrece fórmulas de transferencia de riesgo para proteger a las empresas, a sus directivos y altos cargos, así como autónomos.